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martes, 29 de noviembre de 2011

Tuve un sueño.

Soñar puede llevarnos a lugares desconocidos de nuestra cabeza, lugares que desconocemos o simplemente queremos olvidarlos, por lo que decidimos olvidarlos. Soñar puede ser muy bueno a veces, pero otras pueden convertirse en una pesadilla que te persigue. Éste sueño me decía la verdad, la traslucía tanto, que era imposible no verla. Me dijo que estoy enamorada; que estoy total y locamente enamorada de ese chico. Que aunque mis amigas digan que tengo que olvidarlo, que no me conviene sufrir por un anhelo que nunca va a suceder, que yo debo seguir esperando, porque el amor peservera y es mucha más dulce la reconpenza cuando se aguarda, quiero creer... Soñé que estaba con ese chico, ese que me vuelve loca, que la primera vez que lo ví directamente a los ojos, que cruzamos miradas, supe que me iba a enamorar. Soñé que me besaba y me amaba. Soñé que eramos felices, como siempre deseé ser. Después me desperté y me dí cuenta que solamente tuve un sueño.

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