Seguidores

miércoles, 21 de marzo de 2012

¿Nunca sentiste que el pasado te persigue? ¿Nunca sentiste que tenés asuntos pendientes pero por miedo a que el pasado se convierta en presente los dejás en un cajón? Bueno, esa es la situación. Al abrir el cajón, de vez en cuando, se hace más difícil cerrarlo, por lo menos para mí se me hace muy difícil dejar el pasado en el pasado y seguir en el presente. Es difícil volver a vivir lo mismo una y otra y otra vez. Es difícil tener que dejar ir a una persona, más bien su recuerdo que es lo más parecido a un fantasma, cada vez que abro el cajón buscando respuestas, buscando las incógnitas faltantes, y hasta creando nuevas preguntas para taladrarme la cabeza. ¿Sabes? No podés cruzarte en mi camino cuando y como quieras; no podés esperar que todavía me afecte verte a metros míos, aunque sí me afecte por lo menos un poco, no tenés el derecho de hacer que tenga que dejar abierto el cajón, que no tenga el valor para cerrarlo. ¿Para qué me lastimo así? ¿Por qué? Yo pienso, que inevitablemente fuiste alguien importante en mi vida. No puedo decir que la 'amistad' fué verdadera, ni de parte tuya o mía, pero al irte, o al yo dejarte ir, dejaste un vacío en mí, dejaste un dolor en mi pecho, que con el tiempo sanó, y hoy ya no duele, pero al verte o recordarte no puedo evitar tocar mi cicatríz y recordar todo ese dolor. Eso es humano, pero no quiero tener que traerte al presente, no ahora que estoy tan bien. Me resigno a hacerlo, por lo que voy a tener el cajón cerrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario